Negro, oscuro, escondido


Panel de tubos fluorescentes, metacrilato, café molido
60 x 60 cm
2019





Hablamos del espacio y del estiércol. De que el espacio no le huele y de que el estiércol me es familiar, no me huele mal. A fin de tarde sentábamos a tomar el café, alrededor de una mesa de madera. El café se hacía entonces pasando por un colador de paño y el poso, negro y concentrado, se tiraba en la basura con demás restos orgánicos (huevos, cáscaras, comida, piel de frutas...). Todo ello iba luego a los animales (gallinas, cerdos y vacas), que comían y producían el estiércol que luego se utilizaba en los campos. Así que el estiércol era también café: negro. Negro, oscuro, escondido. Queda por detrás y no se ve. No se ven los cuerpos y los tiempos y la historia del café: historia de lo negro. El café transformado, el tiempo alterado. Historias pequeñas, personales, que huelen a estiércol, mezcladas a la historia, grande, del territorio grande, que plasma su historia en estrellas, mira hacia arriba, porque debajo hay mucho escondido. Mucha mano, mucha sangre, mucho negro. Y tiempo. Transformación de la materia y recuerdos, todo mezclado en la memoria.