Sunset


HD 18’00”, color, sin sonido
2020





Nuestra relación con el sol es fundamental y de un delicado equilibrio. Su existencia nos propicia la vida y la visión –y, por la visión, gran parte de nuestra comprensión sobre la propia vida. Tener el sol en nuestras vidas y campo visual nos ha permitido ubicarnos y entendernos en el universo. Cuando se investiga científicamente (y se plantea hipotéticamente) la existencia de vida en otros lugares del universo, uno de los factores imprescindibles es la presencia de luz (fotones) y la dualidad entre luz y oscuridad. Por orbitar el sol y tener movimiento de rotación, presenciamos en la Tierra un fenómeno como la puesta del sol. El ocaso es un momento mágico, de consciencia del tiempo, de la transición entre el día y la noche (momento que suscita una rápida respuesta emocional y de preparación de la vista para un drástico cambio lumínico), un breve momento de conexión visual con el sol (por poder mirarlo directamente) y cuando extendemos nuestro ser desde dentro hacia fuera, en un vínculo universal (espaciotemporal). También suele resultar en paisajes altamente teñidos de color estéticamente muy atractivos y simbólicos para el ser humano (los rayos de luz solar atraviesan más atmósfera hasta llegar a nosotros, hay mayor dispersión y las luces amarilla y naranja son más absorbidas por las moléculas de ozono, dejando un tono magenta en la atmósfera). Privarse de ver el horizonte (y una puesta de sol) –como en tiempos de confinamiento espacial– hace que uno busque en su realidad más cercana la manera de suplir esta necesidad, esta visión. Sunset surge de esta carencia, de estas reflexiones sobre el sol, el tiempo, nuestra relación y posición en el universo, y una mirada pausada hacia lo cotidiano, que nos puede proporcionar momentos trascendentales de contemplación de cosas sencillas.

En el vídeo se ven gotas de yodo cayendo en un frasco de cristal lleno de agua. El vídeo fue realizado en una sola toma y fascina el comportamiento del yodo en el agua, dejando filamentos y formas, que gradualmente se depositan en el fondo del recipiente. Esta actividad recuerda a la que ocurre en la superficie solar, con sus explosiones y protuberancias. Poco a poco, el agua va siendo teñida de varios tonos. Al mismo tiempo que ocurre esta puesta de sol artificial a pequeña escala, la máscara inicial amarilla que revela solo el centro de la pantalla se va difuminando y dejando ver lo que realmente hay detrás (nada más que un recipiente con agua en un entorno casero). La disolución del amarillo empieza a 8 minutos y 19 segundos, el tiempo en que la luz del sol tarda en recorrer la distancia hasta la Tierra.